Enemigo íntimo

EDU: Puede que el enemigo no sea la interrupción sino el algoritmo. El algoritmo hace que tengamos la ilusión de libre albedrío cuando, en realidad, antes de servirnos una respuesta, Google analiza 57 datos personales que hace que cada búsqueda sea relativa a nuestros gustos. La interrupción desaparece y, con ella, el azar, los accidentes, las sorpresas, los descubrimientos fortuitos, y nuestra percepción del mundo se convierte en mucho más uniforme y previsible. Vivimos en la burbuja que nosotros mismos hemos construido.

TONI: Está bien visto.

EDU: La objetividad no sólo ha desaparecido, sino que ya ni se busca. La gente sabe perfectamente que el medio que consume modifica la realidad, pero está conforme con eso, no tiene ninguna intención de enfrentarse a una presunta realidad objetiva. Es cierto que ahora tenemos muchas opciones para elegir el contenido audiovisual, pero, en realidad, el algoritmo decide lo que vemos a escala global. Te encuentras con fenómenos en los que la gente ve exactamente lo mismo en todas partes del mundo. Tiene ese punto que comentabas hablando de la tele, del mundo feliz de Huxley. Y esa decisión del algoritmo sobre lo que vamos a ver no es algo que se hace a posteriori, sobre la base de la evaluación de lo que vemos o de lo que hacemos, sino que es algo definido a priori. Es la antítesis de la interrupción.